domingo, 18 de marzo de 2012

Lo que hay que saber sobre el VIH/SIDA


¿Qué es el SIDA?
El SIDA (Síndrome de InmunoDeficiencia Adquirida) es el resultado a largo plazo de la infección por el llamado Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH). Este virus ataca preferentemente al sistema inmunitario o de defensas del organismo, provocando un deterioro del mismo que le hace más vulnerable a padecer infecciones o tumores.
Algunas semanas después de que el virus haya entrado en el organismo, éste comienza a desarrollar anticuerpos contra el VIH. Estos son detectables a través de un análisis de sangre (prueba de detección del VIH).
Una persona infectada puede permanecer durante muchos años sin síntomas. En esta fase se dice que el individuo es "seropositivo" o "portador". Durante este tiempo el VIH no permanece inactivo, sino que continúa multiplicándose activamente dentro de las células e infectando otras nuevas. Poco a poco las defensas del organismo se van debilitando. Aparecen entonces los signos y síntomas que definen el SIDA.
Tanto las personas portadoras, aunque no tengan síntomas ni signos de la enfermedad, como los enfermos de sida, pueden transmitir la infección a otras personas si no adoptan las medidas de prevención adecuadas.
¿Cómo se detecta el VIH?
El diagnóstico de infección por VIH se hace a través de un simple análisis de sangre ("test del VIH" o "prueba del SIDA") que detecta la presencia de anticuerpos antiVIH. Después del contacto con el virus, pueden transcurrir entre tres y seis meses hasta que los anticuerpos fabricados por el organismo sean detectables. Por ello, este test debe realizarse transcurridos al menos tres meses desde la última práctica de riesgo. Dicho análisis puede realizarse en los centros sanitarios de la red pública, de forma anónima si se desea y garantizando la confidencialidad de los resultados.
Si el análisis resulta positivo, la persona está infectada (es 'seropositiva' o 'portadora'). Si por el contrario resulta negativo, el médico deberá valorar la conveniencia de repetirlo de nuevo unos meses después para asegurarse de que la persona no está infectada.
¿Cómo se transmite el VIH?
En la vida y las actividades cotidianas no hay ningún riesgo de transmisión del VIH. Las vías de transmisión del VIH son bien conocidas: sanguínea, sexual y de una madre infectada al feto o a su recién nacido.
La transmisión del VIH puede producirse a través de:
  • Relaciones sexuales coitales no protegidas (sin presevativo) con una persona infectada
  • Utilización de jeringuillas, agujas u otros instrumentos contaminados con sangre infectada por el VIH, cuando ésta entra en contacto con la sangre o mucosas de un individuo sano
  • De una madre infectada a su hijo durante el embarazo, parto o lactancia
Actualmente, en nuestro país, no existe riesgo de transmisión a través de transfusiones de sangre, hemoderivados o recepción de órganos.
Condiciones para la transmisión del VIH:
  • El VIH no se propaga por vía aérea ni por vía digestiva. Es muy poco resistente a las condiciones ambientales y tiene dificultades para sobrevivir fuera del organismo, destruyéndose fácilmente con el calor, la lejía y los detergentes habituales.
  • Para que se produzca la transmisión es necesaria una cantidad suficiente de virus, que sólo se encuentra en la sangre, semen y secreciones vaginales de las personas infectadas y, en menor medida, en la leche materna.
  • La infección sólo se produce si el virus penetra en el organismo y entra en contacto con la sangre o mucosas (piel que recubre el interior de la boca, vagina, pene y recto) del individuo.

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