lunes, 4 de junio de 2012

Falsas Creencias sobre las Drogas

El consumo de drogas se puede controlar

Actualmente, hay un debate acerca de si se puede hablar de la existencia de un consumo responsable. Es una cuestión difícil de contestar, pues, para ello, los profesionales de la salud tendrían que definir exactamente el concepto de responsabilidad en el consumo de cada una de las drogas, mientras que muchos de ellos opinan que hablar de consumo y responsabilidad en relación a algunas drogas es una contradicción.
En lo que si parece haber un acuerdo es en que la falsa percepción de control responde a un mecanismo de defensa, llamado "negación", que permite al adicto seguir con su consumo. Es una característica que aparece en la mayoría de las personas durante todo el proceso de adicción, permaneciendo, incluso, en situaciones donde el consumo ha invalidado varias áreas de su vida (trabajo, relaciones, actividades de ocio...). Por lo que el hecho de que un adicto sea consciente de que tiene un problema se considera un elemento clave para su recuperación.
Por otro lado, no todo el mundo tiene el mismo nivel de autocontrol y autocrítica, factores que ayudan a identificar cuando el consumo está empezando a convertirse en abusivo y, por lo tanto, a combatir, a su vez, este mecanismo de negación.

Dejar las drogas no es tan difícil

Depende del estadío en el que te encuentres (uso, abuso o dependencia). Las personas que consumen ocasionalmente lo tendrán más fácil, mientras que las que presentan un abuso o dependencia lo pueden tener francamente difícil. Lo verdaderamente arriesgado es que el consumo se haya convertido en un hábito o en un instrumento para alcanzar un fin determinado. Por ejemplo: "cada vez que salgo de marcha, me tengo que poner, porque si no, no me lo paso igual de bien." El peligro de los hábitos es que sientan las bases de la dependencia psicológica.

El problema de dejar las drogas tiene más que ver con la dependencia física que con la psicológica

A veces, se infravalora el poder que tiene la dependencia psicológica, creyendo erróneamente que lo físico u orgánico influye más a la hora de poder mantener la abstinencia. Es cierto, que en determinados síndromes de abstinencia la presencia de síntomas físicos es fuerte, como pueden ser los casos de la heroína, el alcohol... Sin embargo, la mayoría de éstos duran poco tiempo manteniéndose las ganas de consumir (craving) en el largo plazo, a pesar de que ya no queden restos de droga en el organismo de la persona. Pongamos como ejemplo el tabaco. La nicotina, que es la sustancia que causa la dependencia física, tarda en eliminarse días, mientras que los ex-fumadores siguen sintiendo las ganas de fumar meses e, incluso, años después. Esto se debe a la dependencia psicológica, a que se ha instaurado un hábito durante largo tiempo, que es difícil de modificar.

No poder dejar las drogas responde únicamente a un fallo en la fuerza de voluntad

Algunos científicos han hallado alteraciones en las regiones cerebrales responsables de la voluntad y el autocontrol de las personas con un historial de adicción. Es difícil saber si estas alteraciones eran previas o posteriores a la o las adicciones.
Al margen de estas investigaciones, no hay que olvidar que es frecuente que las adicciones coexistan, es decir, ocurran simultáneamente, con otros trastornos, convirtiendo la solución a este problema en algo bastante más complejo que la fuerza de voluntad. Es lo que se denominan "patologías duales".
Lo que sí es claro, es que tiene que existir un deseo, una motivación para abandonar el consumo, esto es imprescindible para que el tratamiento de la adicción sea exitoso. 

Una droga produce los mismos efectos en todas las personas

El efecto que va a tener cada droga en una persona determinada está en función de: las propiedades de la droga en cuestión, las características de la persona y el contexto o situación en que se consume. Los tres factores combinados hacen que cada persona reaccione de manera distinta a las diferentes drogas. Algunas personas, en función de esta reacción y de sus características personales, serán más proclives a hacerse dependientes. 

El consumo de drogas afecta sólo a los jóvenes

Según datos de la Encuesta Domiciliaria sobre Drogas en España (EDADES) realizada por la Delegación del Gobierno del PNSD, Informe 2004. Observatorio Español sobre Drogas (OED), en el año 2003 la población que entra dentro del rango de edad de entre 15 y 34 años de hombres se sitúa en 3.247, la de mujeres en 3.004, mientras que los hombres de entre 35 y 64 son 2.572 y las mujeres 3.210.
Lo que indican algunos estudios es que el cerebro de los adolescentes que empiezan a consumir es más vulnerable a la adicción que el de los adultos.

Las drogas producen placer  

No cabe duda de que, en general, producen placer, si no la gente no las consumiría. No obstante, es preciso matizar una serie de cuestiones.
En primer lugar, no a todo el mundo le sienta de la misma manera una droga determinada, dándose casos en los que algunas personas experimentan sensaciones de malestar al probarla. A una persona nerviosa le pueden sentar mal las drogas estimulantes como la cocaína o las anfetaminas, ya que incrementan el estado de ansiedad base de la persona. De igual forma, es sobradamente conocido el "mal viaje" que sufren otros con drogas alucinógenas como el LSD o las setas, o las personas que se entristecen o adormecen con el alcohol, ya que como mencionábamos antes, los efectos de la droga en cuestión tienen que ver con: las propiedades de la droga, las características personales y el contexto o circunstancias en las que se consume.
En segundo lugar, los consumidores habituales y los adictos atraviesan un proceso en el que, al comienzo, la droga se toma porque produce placer, mientras que con el tiempo, se hace para evitar el malestar que genera el no tenerla. (Es lo que los psicólogos denominan Refuerzo positivo y Refuerzo negativo.) Por lo que el placer sólo se da en los estadíos iniciales o "fase de luna de miel". 

Las drogas te ayudan a superar estados de ánimo negativos

Muchas personas consumen drogas cuando están aburridos, sin nada qué hacer, desmotivados, tristes, sin ilusión, apáticos... Puede que estos estados sean muy leves como para que os hayan llamado especialmente la atención o como para que seais conscientes de lo que estais sintiendo. Pero puede que esa sensación de aburrimiento o de falta de ilusión sea la punta del iceberg de un fondo de tristeza, que no acaba de emerger a la superficie, pero que está ahí y a la que os habeis acostumbrado, es decir, pensais que es normal sentirse así. Con esto no os queremos alarmar. El aburrimiento y la tristeza forman parte de la vida, incluso de una vida feliz, es imposible estar alegre todo el tiempo, pero si notais que este estado es permanente o muy frecuente en vosotros, ya estamos hablando de otra cosa. Lo que si os decimos es que las drogas no van a solucionar estos estados, es más, a la larga los empeoran, los hacen más intensos. Si la droga cumple para ti una función de automedicación, es preferible que acudas a un profesional, el cuál podrá ayudarte realmente.

En esta vida hay que estar alegre todo el tiempo

Ésta es otra creencia que está relacionada con lo que acabamos de hablar y que aprovechamos para matizar lo antes escrito. Vivimos en la era del hedonismo. Esto quiere decir que nuestra sociedad pretende alcanzar el placer todo el tiempo y no sentir la más mínima frustración, la más mínima incomodidad, la más mínima espera... El riesgo de esta creencia implícita, que todos tenemos, porque formamos parte de esta sociedad, es que cuando aparece una pequeña frustración en nuestra vida, tipo "no me gusta la música que ponen en los locales de marcha a los que voy" o "no consigo ligar" o "me aburre el plan"... no lo aceptamos como algo normal, que tiene que formar parte de nuestra vida y nos exigimos sentir la diversión o la alegría que no obtenemos por nuestros propios medios. No tenemos que ser felices todo el tiempo, es utópico, como tampoco tenemos que pasárnoslo bien todos los fines de semana que salimos, ni aguantar hasta las seis u ocho de la mañana, incluso es perfectamente normal que a alguien no le guste salir de marcha. Así que nuestra sugerencia es que seais fieles a lo que realmente sintais y no recurrais al consumo para cumplir estos dictados que nos impone nuestra sociedad, sometida a la búsqueda constante del placer. 

Los ex-adictos pueden volver fácilmente a consumir ocasionalmente

Es de sentido común pensar que exponerse directamente al estímulo (droga) al que la persona se ha hecho adicta, incrementa notoriamente las posibilidades de recaer. Y esto supone para la persona empezar otra vez desde cero. Actualmente, existen dos diferentes posturas, que tratan de responder a esta pregunta: mientras unos creen que los ex-adictos no pueden volver a consumir nunca, otros creen que, si bien es una tarea difícil, se podría llegar a establecer una relación controlada con la droga después de haber sido adicto, pero que, no obstante, no todo el mundo está capacitado para lograrlo. 

Consumir drogas me hace interesante, rebelde, mayor... a los ojos del sexo opuesto

Muchos fumadores/as de tabaco empezaron porque creían que iban a resultar más atractivos, más adultos, con más estilo... Hoy en día, los fumadores son rechazados en algunas sociedades y en la española están siendo cada vez más marginados. De hecho, lo habitual es que sólo a los fumadores no les importe que su pareja fume.
Lo mismo sucede con otras drogas, a los que las consumen puede que no les importe demasiado que su pareja también lo haga, pero puede que llegue un momento en que uno de los dos decida dejarlo o reducirlo, mientras que el otro no y, entonces, esto se convierta en una verdadera fuente de problemas y sufrimiento. También, se ha observado que muchos consumidores/as prefieren establecer una relación con un chico/a, que no consuma nada, como un elemento protector hacia un posible descarrilamiento, futuro abuso o adicción. Otras personas ven, en cambio, más atractivo, el que una persona demuestre su propio criterio sin dejarse llevar por el grupo de consumidores, porque lo perciben como "fuerza de carácter".
Así mismo, lo que a una edad más temprana puede percibirse como un acto de rebeldía, puede llegar a verse como un acto de inmadurez a una edad más avanzada, especialmente en la etapa en la que uno se está planteando formar una familia.

Recuperarse consiste en desintoxicarse y lograr la abstinencia

La desintoxicación y la abstinencia son pasos necesarios dentro del proceso de la adicción, pero no garantizan la curación. El adicto tiene que reconocer su problema, admitirlo y actuar en consecuencia. Además de un paso a la acción tiene que existir un cambio en el pensamiento y dejar de negar lo que es evidente para los demás. El adicto también tiene que sentir el deseo de dejar de serlo. La familia, pareja, amigos pueden ayudar, pero la motivación para el cambio la tiene que tener él o ella. 

Las recaídas son un fracaso total

No, no lo son, sólo has metido la pata y ahora tienes que sacarla. Las recaídas forman parte del largo proceso que supone romper con una adicción. En lugar de venirte abajo y pensar que nunca lo vas a lograr, utiliza la recaída como un elemento de aprendizaje para analizar qué factores la provocaron. Es decir,... fue por haberte tomado una cerveza, a la que siguió otra (mientras pensabas "total sólo son cervezas" ) y después otra, luego te pediste una copa...y acabaste pillando un gramo. Pues si éste es tu caso ya sabes lo que debes evitar para la próxima (beber alcohol)... O tal vez, sea porque te has reunido con tus colegas, habeis pillado un par de pelis, uno se hace un porro, lo pasa y tu no sabes decir que no. Pues en tu caso, has aprendido algo muy importante, te cuesta resistir la presión de grupo y tendrás que trabajar sobre ello. O bien aprendes a resistirla, o quedas con tus colegas cuando sepas que no se va a fumar (por ejemplo, para practicar algún deporte), o si la primera y segunda opción son inviables, tendrás que dejar de ver a tus colegas. Tu decides.

Uno elige ser adicto

Uno elige, más bien, probarlo, experimentar con esta droga o aquella, saciar su curiosidad. Lo que sucede es que mientras uno va justificando su comportamiento con frases tipo "sólo son algunos fines de semana y es muy poca cantidad", "la marihuana es buena, porque se la recetan a pacientes con cáncer", "todo el mundo lo hace", "soy joven y es mi etapa para hacer locuras", etc., etc., etc., el tiempo va pasando, el consumo ha aumentado, las excusas van siendo más difíciles de creer y, sobre todo, de dar, uno ya sólo se relaciona con gente que consume, ahora en vez de gustarle, lo necesita y su pensamiento, ilusión y comportamiento están empezando a girar sobre lo mismo...y te has convertido en un adicto/a, aunque, en su día, sólo elegiste probarlo.
http://www.lasdrogas.info/index.php?op=Jovenes&link=Falsascreencias

Jóvenes

"Libertad es poder decir "si" o "no", lo hago o no lo hago, digan lo que me digan mis colegas, esto me conviene y lo quiero, aquello no me conviene y por tanto no lo quiero. Libertad es decidir, pero también, no lo olvides, darte cuenta de que estás decidiendo. Lo más opuesto a dejarse llevar, como podrás comprender. Y para no dejarte llevar no tienes más remedio que intentar pensar al menos dos veces lo que vas a hacer y para ello... ¿no sería aconsejable que procuraras informarte lo suficiente para decidir por tí mismo?". Fernando Savater, (1999).
Un joven preparando...Una de las peores cosas sobre las drogas es que pueden afectar a los jóvenes, cuyo cerebro, aún en periodo de maduración, es más vulnerable durante esta etapa. Así mismo, los jóvenes, precisamente porque los son, ya tienen bastantes dificultades en esta fase de la vida.
Cuando se pasa de la niñez a la juventud, periodo que se denomina "adolescencia", se tropieza con cambios físicos y emocionales. Es un período de ensayos y de dudas, de búsqueda de independencia, a la vez que se necesita mantener los vínculos de dependencia con los padres que aportan seguridad, por ello se trata de una etapa complicada y llena de ambivalencias. Este es, generalmente, el momento en que la mayoría de las personas comienza a experimentar con drogas.
Unas de las características propias de la juventud es que no se suele valorar la relación entre las acciones de hoy y las consecuencias del mañana, además de tener una tendencia a sentirse indestructible e invulnerable. Estos aspectos son normales en esta etapa, pero pueden dar lugar a decisiones arriesgadas si uno no es consciente de estas peculiaridades propias de la edad.
Nosotros no pretendemos decirte lo que tienes que hacer, pero si nos gustaría que antes de decidir, contases con suficiente información y valorases los riesgos que entraña el consumo de drogas. Muchos de estos riesgos no son inmediatos, puede que no sean visibles en el corto plazo, pero eso no significa que no puedan aparecer más tarde. Algunos de vosotros experimentareis con drogas y parareis, otros continuareis consumiendo de forma ocasional, mientras que otros os convertireis en adictos ocasionándoos a vosotros y a vuestro entorno serios perjuicios. Es difícil saber a priori que camino va a seguir cada uno, por ello, creemos que es importante ser contínuamente consciente de los riesgos a los que uno se expone si decide consumir.

Educación sanitaria desde los programas de intercambio de jeringuillas

En primer lugar hay que recordar que existen PIJs de muy distintos tipos: unidades móviles, los efectuados por educadores en la calle, los integrados en otros servicios como centros de atención y tratamiento, centros de acogida, farmacias, hospitales, los que se realizan en locales de comités antiSIDA, etc. Todos ellos difieren, además, en los recursos con que cuentan, las comunidades donde desarrollan su actividad, la organización o institución que los lleva a cabo y en otros muchos factores. Intentar proponer sugerencias que se adapten a todos ellos es tarea imposible, algunas serán aceptables para unos y otras para otros.
Igualmente, no está de más hacer notar que tampoco la población usuaria de drogas es homogénea; hay diferencias en cuanto al tipo de droga consumida, la forma de administración, los años de consumo y muchas otras. Los usuarios de drogas son muy diferentes, por lo que es importante conocerlos y ofrecerles alternativas adaptadas.
Trabajo comunitario

Si queremos que los mensajes calen a largo plazo, no podemos trabajar de espaldas a la comunidad donde desarrollamos nuestra labor. Tienen que cambiar los consumidores de drogas, pero también el resto de la población, en el sentido de generar imágenes sociales menos distorsionadas sobre el consumo de drogas. Por eso, es importante trabajar con la comunidad, modificar la representación social de los PIJs y de los usuarios y contribuir al desarrollo a nivel local de la normalización del fenómeno. Tareas necesarias en la comunidad serían:
  • fomentar la reflexión y el debate en la población general
  • e involucrar a otros colectivos que también están en contacto con los usuarios de drogas, a las familias, asociaciones, organizaciones ciudadanas, ONGs y parroquias, de forma que la propia comunidad colabore y participe de forma activa en los problemas y la búsqueda de soluciones, sin olvidar el papel que puedan desempeñar los medios de comunicación locales
Por otra parte, es necesario disponer de buenas redes de derivación a servicios específicos de drogodependencias, así como a servicios de atención primaria y a otros recursos de la red social.
En muchos casos, las derivaciones a tratamiento que realizamos desde nuestros servicios chocan con la escasez de plazas, problema que tendrá que ir solucionándose.
En algunas ocasiones es deseable integrar los PIJs en recursos más globales, de forma que no constituyan una oferta aislada, sino una oferta más. Esto entraña una mayor facilidad para pasar de unos recursos a otros -de PIJs a Programas Libres, de Libres (p.e. en recaídas) a PIJs, etc.- y más flexibilidad de los programas y centros.
Por último, recordar que los programas necesitan continuidad en el tiempo y en los contenidos.
Participación de los usuarios

Un segundo factor que va a determinar la eficacia de los PIJs es, en mi opinión, la participación de los propios consumidores de drogas en todo el programa, desde la planificación hasta la difusión de mensajes preventivos. La propia población afectada tiene que hacerse con el mensaje, apropiárselo, trabajarlo, traducirlo a su código.
Además, escuchar lo que ellos conocen, los factores que influyen en su comportamiento, la manera en que viven, hace que nuestros mensajes preventivos sean más realistas, pues muchas veces por desconocimiento recomendamos cosas imposibles de llevar a la práctica ('hierve las jeringuillas', cuando vive en la calle).
Es deseable que entre los objetivos de los usuarios de drogas esté la existencia y uso de los PIJs. Sin embargo, no podemos pretender que los usuarios hagan suyos nuestros objetivos si la comunicación no es horizontal, sino prescriptiva.
Si es posible, resulta positivo fomentar, apoyar, y/o proporcionar medios (local, información) para la organización y asociación de los propios usuarios. Si se cuenta con un local, quizá haya personas interesadas en reivindicar derechos, trabajar en la información sobre riesgos, etc.
Cómo dar el mensaje

Hay factores que determinan si los mensajes preventivos llegan o no. Comentaré los más relevantes a mi juicio.
Respetar
Desde un PIJ es fundamental aceptar plenamente al usuario de drogas, reconocerle como ser humano con los mismos derechos que cualquiera, entre ellos el de escoger cómo quiere vivir, si quiere ayuda y de qué tipo. Los usuarios son tratados como personas adultas, responsables, autónomas, con derechos y deberes que respetar. Es importante dar las gracias, pedir perdón, etc. cuando sea procedente.
Escuchar
Cuando la comunicación es bidireccional es más fácil la introducción de mensajes preventivos. La escucha activa requiere atender las necesidades sentidas y planteadas por los usuarios. El principio básico al evaluar las necesidades de los usuarios es escuchar lo que dicen. Es necesario prestar atención a las emociones, cómo y qué siente la gente, qué significan para ellos determinadas cosas, nos ayuda a entender por qué la gente se comporta de una u otra manera. Hacer preguntas, resumir, también nos ayuda a entender a la otra persona. Conviene asegurarnos de que el otro tiene tiempo y ganas de hablar. Incluso se puede preguntar si tiene tiempo.

No juzgar
Condenar una conducta de riesgo como algo estúpido o increíble no va a cambiar conductas. Los mensajes no deben implicar prescripción, imposición o prohibición, es vital respetar la libertad personal de la otra persona. Los mensajes tampoco deben ser culpabilizadores.

No ser paternalista
Ni dar consejos sobre cuestiones personales o de comportamiento.

No hacerse responsable de los problemas de alguien
Mejor motivar y apoyar a la gente para que resuelvan sus problemas por su cuenta.

Usar un lenguaje fácil de entender
Es importante conocer el argot.

Apoyar los cambios positivos
De conducta y actitud (fortalece autoestima y autoeficacia).

Demostrar interés
Preguntar cómo se siente la gente, dónde estaban, interesarse por los que no vienen últimamente.

Credibilidad
Nuestras propuestas han de ser posibilistas, no maximalistas. No intentamos atemorizar, más bien desmitificar y desdramatizar. Es importante ser siempre sinceros sobre lo que podemos hacer, ofrecer apoyo en caso de problemas sólo si lo podemos cumplir. La prevención del SIDA exige confianza (se tocan temas muy personales, como comportamiento sexual y uso de drogas). Centrarse sólo en el SIDA, hablar sólo de uso y sexo más seguro, no es atractivo; es recomendable incorporar el mensaje de la prevención del SIDA en una estructura más amplia de la subcultura de los usuarios, centrándose en la salud en general y otros temas de interés. Si la gente confía en nosotros, contactarán para otras cuestiones al margen de la prevención del SIDA. No podemos negar esas necesidades sin perder nuestra credibilidad.

Cambio de hábitos

En lo que se refiere al cambio hacia comportamientos preventivos, constatamos que muchos usuarios de drogas tienen dificultades en adoptar conductas más saludables (como desinfectar jeringuillas, cambiar de vía, etc.) pero seguramente no difieran de otras poblaciones ante cambios como reducir el consumo de tabaco, el uso de preservativos o hacer ejercicio.
Además, es mucho más difícil inyectarse droga de forma segura cuando lo que consumes es ilegal, y es casi imposible encontrar un lugar donde estar tranquilo y seguro para poder inyectarse. En un curso que el NIAD holandés impartió en el Comité antiSIDA de Madrid, los técnicos tuvimos que preparar un 'pico seguro' y pudimos comprobar la complejidad de esa conducta y la imposibilidad de llevar a cabo muchas veces los comportamientos que proponemos ('limpia todo muy bien aunque estés en la calle').
Además, el comportamiento preventivo muchas veces demora la obtención de placer inmediato, y sus riesgos son sólo probables y a largo plazo.
Es necesario, por tanto, contar con un abanico de alternativas realistas construidas junto a los usuarios, posibles y aceptables. En un PIJ, técnicos, voluntarios y usuarios pueden trabajar situaciones reales y medidas de prevención; situaciones como no tener jeringuillas, no disponer de agua limpia, no tener un algodón limpio o toallitas de alcohol, hacerse un chino, esnifar parte de la droga para quitarse el mono y después buscar jeringuillas limpias, lavarlas aunque sea con agua,...
No sólo es importante que las personas sepan lo que hay que hacer, sino cómo hacerlo. Si el personal del PIJ no sabe cómo se pone una inyección correctamente o desinfectar una jeringuilla, tendrá que aprender. En algunos estudios se ha puesto de manifiesto que personal 'educador' carece muchas veces de esas habilidades. Muchos usuarios de drogas no saben tampoco cómo desinfectar, o no tienen habilidades sociales para negarse a compartir. Todo esto se puede entrenar.
Inyectarse correctamente no es algo que se aprenda de la noche a la mañana. Una técnica se aprende y mejora con la práctica. Si el PIJ dispone de espacio y tiempo se puede ensayar o incluso utilizar un video sobre 'pico seguro'.
Otro recurso es fomentar la auto-eficacia mediante modelos a imitar. Los usuarios de drogas, como todo el mundo, se copian mutuamente, juzgan y critican la conducta de sus compañeros, etc. Algunos usuarios que actúen como agentes de salud pueden enseñar a sus compañeros.
Si es posible, es interesante trabajar con grupos de usuarios empleando métodos participativos y capacitando a los individuos a afrontar situaciones de riesgo. Las principales dificultades están en conseguir mantener una participación continuada y la falta de flexibilidad de las administraciones.
Muchas soluciones a los problemas de adoptar hábitos saludables son complejas, puede haber distintas soluciones más o menos aceptables por unas u otras personas: desde los PIJs se pueden fomentar de forma individual las soluciones de problemas, y también en grupos.
Los principales problemas de los comportamientos preventivos devienen del entorno donde se produce el consumo. En coherencia con nuestro mensaje de uso más seguro de drogas, los PIJs pueden plantearse el fomento de salas de inyección donde se puedan poner en práctica las técnicas preventivas.
Otro recurso importante son los folletos y materiales adaptados a la población diana, a ser posible elaborados y distribuidos con la colaboración de los propios usuarios.
Quizá el recurso más interesante sea contar con agentes de salud en su propio medio, es decir, las propias personas consumidoras de drogas pueden difundir entre sus conocidos las medidas preventivas. Su particpación en la elaboración y desarrollo de los servicios promueve además la comunicación horizontal. Es importante animar y apoyar el efecto de bola de nieve: pidiendo a los usuarios que pasen la información a sus compañeros, involucrándolos en la realización y reparto de material informativo, etc.
Por último, desde los PIJs se pueden organizar actividades: reuniones especiales para informar a los voluntarios, trabajadores, miembros de la comunidad, sin olvidar a los usuarios de drogas sobre temas como: derechos legales, temas médicos, cambios en la ley, SIDA, hepatitis, etc.
Gloria García Lalinde
Publicado en el 'Boletín GiD', nº 16, julio 1997.
 http://www.lasdrogas.info/index.php?op=Sida&link=Educacion

Los 4 signos cardinales de la adicción

Signos y síntomas de adicción

Todas las adicciones son diagnosticables ya que sus síntomas pueden ser reconocidos y descritos. Sin embargo, generalmente es difícil y costoso que una persona acepte que tiene un problema de adicción; por eso lo mejor es dejar que la adicción sea "autodiagnosticada".
Lamentablemente, el adicto suele ser el último en enterarse de su propio problema, debido a un mecanismo de defensa denominado "negación".
Según recomienda el Dr. Arnold M. Washton en su libro "Querer No es Poder", publicado por la editorial Paidos en 1991, lo mejor que se puede hacer -en lugar de poner una etiqueta- es transmitirle a esa persona reflexiones concretas sobre su conducta y sobre el modo en que ésta le afecta a uno.
Los 4 signos/síntomas cardinales de la adicción

  1. Obsesión
    La conducta adictiva es, por lo general, apremiante y obsesiva. Cuando se es adicto a menudo no se puede pensar en otra cosa que no sea la droga, el modo de conseguirla, la forma de administrarla, etc. En general, la adicción es vivida como una obsesión que dirigirá gran parte de su tiempo, su energía y su atención.
    El estilo de vida se vuelve monótono y "unimodal": todo gira en torno a la adicción, y el resto de personas, cosas, intereses, obligaciones,... pasa a un plano secundario.

  2. Consecuencias negativas    

    Lo que hace que una adicción sea una adicción nociva es que se vuelve en contra de uno mismo y de los demás. Al principio se obtiene cierta gratificación aparente, igual que con un hábito. Pero más temprano que tarde su conducta empieza a tener consecuencias negativas en su vida.
    Las conductas adictivas producen placer, alivio y otras compensaciones a corto plazo, pero provocan dolor, desastre, desolación y multitud de problemas a medio plazo.
    Las consecuencias negativas asociadas a las adicciones afectan a muchos aspectos diferentes de la vida de una persona. Los más importantes son:
    • Relaciones: La relación con la familia, amigos o pareja se altera, aparecen discusiones frecuentes, desinterés sexual, la comunicación se interrumpe, hay pérdida de confianza, alejamiento, etc.

    • Trabajo: Cuando una persona tiene una adicción suele restarle tiempo a su trabajo para buscar la droga o recuperarse de su uso, suele llegar tarde, hay menor productividad, deterioro de la calidad del trabajo o pérdida del propio trabajo.

    • Economía: Al destinar la mayor parte del dinero a comprar las drogas, apenas queda dinero para otras cosas. Los ahorros se agotan y suele aparecer el endeudamiento. A veces para poder sufragar los gastos de la adicción se ve obligado a recurrir a actividades ilegales.

    • Salud psíquica: Los adictos suelen padecer una amplia gama de trastornos psicológicos, como estados de ánimo negativos e irritabilidad, actitudes defensivas, pérdida de autoestima e intensos sentimientos de culpa.

    • Conducta: Como conseguir y usar la droga se ha vuelto casi más importante que ninguna otra cosa, los adictos se vuelven egoistas y egocéntricos: no les importa nadie más que ellos mismos.

    • Salud física: La adicción suele conllevar la aparición de multitud de síntomas físicos incluyendo trastornos del apetito, úlcera, insomnio, fatiga, más los trastornos físicos y enfermedades provocadas por cada sustancia en particular.

  3. Falta de control

    El rasgo distintivo de la conducta adictiva es que al tratar de controlarla, la voluntad resulta insuficiente. La sustancia o actividad en cuestión controla a la persona, en lugar de ser al contrario. La falsa percepción de autocontrol es uno de los grandes paradigmas para entender las adicciones. Los drogodependientes creen que pueden controlar la droga: la cantidad, las dosis, la frecuencia, etc. sin embargo nada hay más equivocado que esta creencia.
    Pensar que uno posee cierta omnipotencia frente a las drogas es una ingenuidad, y más aún cuando ya existen antecedentes de consumo. Si para las personas abstemias resulta difícil controlar la ingestión de alcohol, para las personas que tienen una historia de consumo y/o abuso de alcohol resulta muy difícil parar, decir no o evitar una situación.

  4. Negación

    A medida que los adictos empiezan a acumular problemas (en el trabajo, hogar, socialmente), inevitablemente comienzan a negar dos cosas:
    • que la droga o actividad en cuestión constituya un problema que no pueden controlar
    • que los efectos negativos en sus vidas tengan alguna conexión con el uso de la droga o actividad.
    Como la negación es un proceso mental ficticio, negar la propia adicción o sus consecuencias significa, literalmente, estar fuera de contacto con la realidad.
    La negación asume muchas formas
    • Negar terminantemente: "No, yo no tengo ningún problema"
    • Minimizar: "No es tan grave"
    • Evitar el tema por completo (ignorarlo, negarse a abordarlo o desviar la atención a otro tema)
    • Culpar a otros: "¿Quién no haría esto en mi situación?"
    • Racionalizar: "Lo mío no es tan grave", "Yo no estoy tan enganchad@"

Contemplan 20 años de prisión por contagio intencional de VIH

Deyanira Polanco / Bethania Apolinar
La Romana
Toda persona que transmita a otra el virus del VIH de menera intencional será castigada con la pena de 20 años de reclusión, según lo establece la nueva Ley VIH y Sida 135-11, cuyo reglamento de aplicacion está en su fase final de elaboración.
La nueva legislación también contempla la obligación que tienen las personas con VIH de informarles a sus parejas sexuales su condición serológica, porque de lo congtrario serán castigadas con una reclusión de dos a cinco años.
El contenido de esta legislación fue discutido en una jornada de capacitación para periodistas que organizó el Consjeo Nacional para el VIH y el Sida, en un taller de dos dias donde participaron expertos en derecho, médicos especialistas en el tema y gerentes de los programas de VIH en el país.
Otro aspecto importante que contiene la ley es que también sanciona con el cierre por seis meses o la clausura definitiva de los establecimientos de salud que por negligencia, descuido, error o inobservancia le transmitan el virus a una persona. Aunque el personal que resulte responsable del hecho será castigado con prisión de seis meses a dos años.
Los alcances de la nueva normativa fueron explicados por Oscar Valdez, especilaista en derechos humanos y derecho constitucional, quien indicó que en lo adelante el Estado asume la responsabilidad de suministrar los antirretrovirales a través del Sistema de la Seguridad Social. Estos medicamentos actualmente el Gobierno los adquiere a través de financiamientos y donaciones.

 http://www.listin.com.do/la-republica/2012/6/4/234966/Contemplan-20-anos-de-prision-por-contagio-intencional-de-VIH

viernes, 1 de junio de 2012

¿Qué cantidad de alcohol es saludable?

Un estudio ha evaluado el impacto de la bebida en 11 enfermedades crónicas. El nivel óptimo estaría en 5 gramos, una media copa de vino.

Fuente: elmundo.es/elmundosalud
Autor: Ángeles López


Reducir la ingesta de alcohol a menos de media copa de vino al día podría evitar casi 4.600 muertes al año en Inglaterra, según los datos de un estudio que ha analizado el impacto de la bebida en algunas enfermedades crónicas y han valorado cuánto podría influir una reducción de su consumo en la mortalidad del país.
La Unión Europea es la región del mundo con mayor consumo de alcohol por habitante. Se calcula que 266 millones de adultos beben alcohol en los límites que se consideran de menor riesgo para la salud, hasta 20 gramos en mujeres o 40 gramos en hombres por día. Sin embargo, un 15% de los europeos consume por encima de ese nivel y un 6% toma más de 40 gramos (mujeres) o 60 gramos (hombres). Cada año las enfermedades relacionadas con la ingesta de alcohol generan, sólo en el Reino Unido, un gasto en torno a los 3.300 millones de libras. El motivo es que la bebida está relacionada con muchas patologías crónicas, mientras que parece ejercer un modesto efecto protector en algunas otras.
La Fundación Mundial para la Investigación del Cáncer consideró hace unos años que no había un nivel seguro de consumo de alcohol en relación con el cáncer. Según un estudio reciente, se calcula que hasta el 10% de todos los tumores en hombres y el 3% en mujeres de cualquier país europeo pueden atribuirse al consumo de alcohol.
En España, diferentes estudios muestran que la mayoría de la población consume de forma esporádica o habitual alcohol. Ese consumo se ha vuelto preocupante entre los jóvenes ya que uno de cada tres españoles de 15 años (33,5%) admite haberse emborrachado al menos dos veces en su vida, y la mitad de estos (un 15,5%) reconoce que la primera vez fue a los 13 años o incluso antes.
Valorar su efecto
Pero, ¿cuál debería ser el límite para evitar el desarrollo de ciertas enfermedades? Para dar una respuesta a esta pregunta, investigadores de la Fundación Británica del Corazón y del Centro de Investigación en Salud Pública de Geelong, Australia, han aplicado un modelo matemático para valorar el impacto en la mortalidad de 11 patologías que están parcialmente relacionadas con un consumo crónico de alcohol.
Enfermedad coronaria, ictus, hipertensión, diabetes, cirrosis, epilepsia y cinco tipos de cánceres fueron evaluados en este estudio, cuyos resultados publica la revista "British Medical Journal", y para lo que fueron utilizados datos de la ingesta de alcohol en 15.000 adultos británicos.
Se produjeron 170.558 muertes por las enfermedades consideradas en el estudio en Inglaterra a lo largo de 2006. Teniendo en cuenta que el nivel de consumo de alcohol osciló entre uno y 48 gramos al día, los resultados mostraron que aproximadamente 5 gramos diarios (lo que viene a suponer media copa de vino) son los que se consideran el nivel óptimo de consumo de alcohol, evitando o retrasando con ello 4.579 muertes, principalmente debido a una reducción en el número de cánceres y de cirrosis hepática (un 8% y un 49% de reducción, respectivamente).
Los autores señalan que la creencia de que el alcohol protege de las enfermedades cardiovasculares está extendida. "Sin embargo, nuestro modelo muestra que cuando se tienen en cuentan múltiples patologías de forma simultánea, los niveles de alcohol que podrían realmente asociarse con un menor riesgo de enfermedad crónica son mucho menores de lo que generalmente se acepta o recomiendan el gobierno", afirman. Por este motivo, concluyen, las autoridades deberían modificar sus guías en relación a lograr los mejores resultados de salud pública.
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Cómo es la droga que induce al canibalismo y al suicidio

l «Hanibal Lecter», que comió la cara a un vagabundo en Miami, iba bajo los efectos psicóticos de la «Ivory wave» una droga sintética, conocida en España como «sales minerales».

Fuente: abc.es


El indigente que fue violentamente atacado por el «Hanibal Lecter» de MiamiRuby Eugene, de 31 años– ha sido identificado por las autoridades como Ronald Poppo, de 65 años.
Poppo vivía debajo de un camino elevado. Este hombre continúa en estado crítico en la unidad de trauma del hospital Jackson Memorial. Poppo estaba prácticamente irreconocible, ya que, el «Habinal Lecter de Miami», le comió el 75% de su cara a plena luz del día. Tras el suceso, la Policía tuvo que dispararlo en la pierna, pero –como no reaccionó ante el disparo– acabó matándolo.
La Policía encontró al caníbal desnudo y bajo los efectos psicóticos de una nueva droga sintética, concretamente, de la «Ivory wave» conocida en España como «ola de marfil». El problema es que es todavía es legal en algunas partes del mundo porque se comercializa en internet como «sales de baño» que invitan a la relajación. En la etiqueta del paquete se avisa de no ser aptas para el consumo humano; de esta manera, pasan los controles contra el tráfico de drogas.
Esta sustancia comenzó a extenderse a mediados de 2010 entre los adolescentes de los Estados Unidos y en algunos países europeos como Reino Unido. En EE.UU., por ejemplo, las sales se venden en tiendas naturistas y comercios que abren las 24 horas.
Efectos de esta droga
El «Ivory wave» contiene metilendioxipirovalerona (MDPC), una sustancia similiar a la cocaína y que una vez fumada, esnifada o inyectada, provoca una fuerte dependencia, además de alucinaciones, paranoia extrema y psicosis, reacciones violentas, acelera el ritmo cardíaco, y crea impulsos suicidas. Los efectos, que se perciben a partir de cinco miligramos, pueden durar desde un día hasta una semana.
El sujeto se siente fuera de su cuerpo. Las personas que lo han probado comentan que sintieron que la genteque estaba a su alrededor, incluso seres queridos, pretendía atacarles.
La paranoia o intoxicación extrema produce que las partes de tu cuerpo no respondan ante el dolor. Es decir, a una persona se le puede romper un hueso y no experimentar dolor. Eso mismo pudo ocurrirle al «Hanibal» de Miami cuando la Policía le disparó en la pierna.
Según la Asociación Americana de Centros de Control de Envenenamiento se detectaron en todo el país, en 2010, sólo 360 casos, y en los primeros meses de 2011, 700 casos más. No obstante, esta baja cifra es debida a que sólo se registran los casos en los que ha intervenido la Policía o los que llegan a los hospitales.
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Los muertos del humo ajeno

El cigarro no solo perjudica la salud de quienes fuman, sino también de los que están rodeados por el humo. Un informe confirma que el riesgo de sufrir angina de pecho o infarto aumenta 55% en los no fumadores.

Fuente: talcualdigital.com
Autor: Andrea Dennis


Jamás en sus 37 años de vida, Mariela acarició un cigarrillo entre sus dedos, ni siquiera en los días de bachillerato llegó a patear la bocanada del humo del primer cigarro que los adolescentes se fuman en el patio trasero del liceo. Y sin embargo, Mariela Muñoz, secretaria ejecutiva y madre de dos niñas, está recluida en una clínica privada bajo tratamiento severo de un enfisema.
Única hembra de un hogar de ocho varones fumadores, incluyendo a su padre; y luego casada con un fumador consuetudinario, al punto de que, durante sus dos embarazos ella debió echarlo de la casa, Mariela podría ingresar a la lista de los 5 millones de no fumadores que mueren por culpa del humo ajeno que exhalan 1.200 millones en el mundo.
Desde hace tiempo, los expertos en salud vienen alertando acerca de los efectos negativos del tabaco en los fumadores pasivos. Y es que el tabaco no sólo perjudica la salud de aquellos que encienden un cigarrillo, sino también de los que están rodeados por el humo. Ahora, un estudio confirma que el peligro es aún mayor del que se pensaba y, así, el riesgo de sufrir una angina de pecho o un infarto de miocardio aumenta entre un 50 y un 60% entre estas personas.
Estos datos son superiores a los que se difundían hasta ahora, pues se consideraba que el riesgo de convivir con el humo de un fumador aumentaba el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares en un 25-30%. Pero las nuevas conclusiones, que son fruto del estudio realizado por investigadores británicos y publicado en el British Medical Journal , bajo financiamiento de la Fundación Británica del Corazón, nos plantea una nueva interrogante ¿Cuál ha sido la razón de este sensible incremento? Bastante sencilla: hasta ahora, los estudios no tenían en cuenta nada más que el hecho de compartir hogar con un fumador.
Ahora, se han valorado también otras situaciones.
CIFRAS QUE MATAN Según la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud, el tabaquismo es la principal causa prevenible de mortalidad en el mundo. De hecho, este año más de 5 millones de personas morirán por ataque cardíaco, accidentes cerebrovasculares, cáncer, dolencias pulmonares u otras enfermedades relacionadas al hábito de fumar.
En estas cifras, no se incluyen las más de 600 mil personas -más de una cuarta parte de ellas niños y niñas- que morirán por haber estado expuestas al humo de segunda mano o, lo que es lo mismo, por ser fumadores pasivos... De no ponerse un coto a esta situación pronto, el número de muertes que se cobra cada año la epidemia global de tabaquismo podría alcanzar los 8 millones en el 2030.
Visto que fumar es uno de los principales factores de riesgo para cáncer (sobre todo el de pulmón), la Sociedad Anticancerosa de Venezuela (SAV) se suma a la lucha contra este vicio que actualmente atrapa de manera directa a 30% de la población, y que incide negativamente en la salud de otro tanto, como fumadores pasivos que son. Aunque, por lo general, la SAV resalta los perjuicios del hábito de fumar; ésta vez el llamado es a insistir en que se respete el derecho de todos a respirar aire puro, ya que al inhalar el humo que otros exhalan, los fumadores pasivos introducen a su organismo de manera involuntaria más de 4.000 compuestos químicos que contiene el cigarrillo, de los cuales más de 60 son causantes de cáncer.
Además, hay que decir que fumar pasivamente tiene el agravante de no contar con la mínima protección que pueda ofrecer el filtro del cigarrillo al fumador. Para atacar el problema de raíz, el director del Departamento de Tabaco de la Sociedad Venezolana de Neumonología y colaborador de la SAV, el doctor José Ramón Silva, considera que las clínicas y hospitales deberían ofrecer no sólo servicios de pesquisa de cáncer de pulmón, sino también brindarle al fumador opciones para abandonar el vicio como asistir a grupos de apoyo especializados, por ejemplo.
Una bala en la boca
El monóxido de carbono presente en el cigarrillo se mezcla con la hemoglobina de la sangre creando la sustancia llamada Carboxihemoglobina, la cual impide la conducción del oxígeno en la sangre. Todo esto ayuda al desarrollo arterioesclerótico, ya que las arterias se llenan de placas grasosas y se vuelven rígidas El cigarrillo contiene cianuro de hidrógeno. Suena terrible, pero es la verdad. Esta sustancia paraliza las vellosidades que cubren los pulmones y que le sirven para defenderse de materias extrañas. Por esta razón los venenos entran rápidamente al pulmón.
De ahí que organismo del fumador se defienda obligándolo a toser. El cigarrillo es causa frecuente de enfermedades cardíacas.
Desde el primer cigarrillo, comienzan los problemas. Una simple bocanada acelera el ritmo cardíaco, de 5 a 20 latidos por minuto. Es decir que el corazón bombea más sangre, pero la nicotina hace que los vasos sanguíneos se contraigan, de tal modo que la sangre no puede fluir fácilmente.
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Los bebés de madres fumadoras pesan 200 gramos menos al nacer

Un estudio de la Universidad de Zaragoza sobre 1.216 recién nacidos confirma que los hijos de aquellas mujeres que han fumado durante la gestación son más pequeños y tienen menos grasa subcutánea.

Fuente: JANO.es


Un estudio de la Universidad de Zaragoza publicado en Early Human Development revela que los hijos de madre fumadoras pesan hasta 230 gramos menos que los de las madres que no fuman. Por el contrario, los autores de la investigación no encontraron ninguna correlación entre las medidas antropométricas y el número de cigarrillos fumados al día por la madre durante la gestación.
"Dada la escasa bibliografía encontrada al respecto, era necesario evaluar la repercusión del tabaco en la composición corporal de los recién nacidos de mujeres que habían fumado durante la gestación", explica Gerardo Rodríguez, autor principal del artículo.
Para ello, los expertos analizaron a los recién nacidos a término –con edad gestacional de al menos 37 semanas– de 1.216 madres caucásicas (el 22,1% de las cuales fumaba una media de casi ocho cigarrillos por día), en el Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa de Zaragoza. Fueron excluidos de la muestra los hijos de madres que declararon haber consumido alcohol o drogas ilegales durante la gestación.
"El consumo de tabaco durante el embarazo implica una reducción generalizada de la mayoría de los parámetros, como resultado de un deterioro del crecimiento fetal. Los recién nacidos de las mujeres que fumaron durante la gestación son más pequeños y tienen menos compartimento graso subcutáneo", señala Rodríguez.
Cronología del tabaquismo pasivo
Los primeros indicios de las consecuencias del "tabaquismo pasivo" para la salud aparecieron a principios de los años setenta, cuando se empezaron a publicar trabajos en los que se constataba el riesgo de inhalar "humo ambiental de tabaco" en no fumadores con enfermedad respiratoria o cardiaca y también en niños cuyos padres eran fumadores.
En 1981, la revista British Medical Journal publicó un trabajo del epidemiólogo Hirayama que establecía por primera vez el incremento del riesgo de padecer un cáncer de pulmón para el fumador pasivo. Hirayama había estudiado durante 14 años una muestra de mujeres no fumadoras que convivían con fumadores. Durante los siguientes años, se sucedieron las publicaciones para relacionarlo con otras patologías.