Una persona para poder ayudarse a sí misma debe conocer adecuadamente su conducta, su conducta adictiva en este caso. Sin embargo, todo el mundo cree que se conoce muy bien a sí mismo y que no hay nadie que puede saber más de nosotros mismos. La realidad no es esa, ya que todos distorsionamos la información sobre nosotros mismos, y lo más evidente a veces se nos escapa.
El mejor modo de conocer la conducta es observándola, pero observándola objetivamente.La utilización de autorregistros resulta de gran utilidad. Éstos consisten en unas hojas de registro para cubrir diariamente en donde la persona indica aspectos relevantes sobre su conducta tales como la hora en que realiza la conducta, en qué situación se encuentra, con quién, qué pensamientos tiene mientras realiza la misma, si le produce ansiedad, etc. Su estructura más sencilla o más compleja va a depender del problema, de la persona que lo va a cubrir y del objetivo que se pretenda con el mismo. En el cuadro 5.2 se indican los aspectos más importantes que se deben evaluar en un autorregistro.
Fecha | Hora | Consumo | Lugar | Personas presentes | Dinero gastado | Pensamientos | Consecuencias |
También seguir un listado de preguntas, o cumplimentar uno mismo una entrevista sirven para darse cuenta de ciertos comportamientos que creyéndolos normales puede que no lo sean tanto, o no lo sean en absoluto. De este modo podemos conocer un poco más la conducta que llevamos a cabo, si la hacemos en exceso, si es distinta a lo que hacen los demás, etc.
Por tanto, conocer la propia conducta es lo primero que una persona con problemas de dependencia debe hacer para luego pasar a los siguientes pasos. Una vez realizado el análisis conductual de su conducta ya conocerá importantes aspectos de la misma hasta ahora desconocidos. Pero no debe olvidarse que la evaluación no finaliza aquí; debe seguir a lo largo de todo el proceso hasta que deje de ser un problema para la persona.
El cambio es posible |
Para que el cambio se produzca o para que se comience en la vía del cambio hay que saber que puede realmente darse dicho cambio. Estar motivado para el cambio es una cuestión primordial. Hoy se sabe que cada persona pasa por varias fases cuando el objetivo es romper con una adicción. Si cree que puede intentar cambiar, bien vale la pena hacer el esfuerzo. Si la persona no tiene ningún interés en cambiar en los próximos 6 meses (estadio de precontemplación), porque considera que no tiene ningún problema, debe analizar cómo le está influyendo el consumo de una o más sustancias en su comportamiento cotidiano, respecto a las personas más cercanas, al trabajo, a sus expectativas, a como se comportaba hace uno o dos años, etc. Aquí es necesario analizar las creencias inadecuadas y los pensamientos distorsionados sobre las conductas adictivas.
Si la persona cree que tiene que hacer un cambio (estadio de contemplación o de acción), tiene que marcarse pequeñas metas, más que metas importantes, difíciles de conseguir o de saber si se pueden conseguir. También tienen que ser metas claras, objetivas y alcanzables, que se puedan realizar en plazos concretos (un día, una semana, dos semanas, etc.). Conforme consiga las primeras metas márquese las siguientes. El conseguir las primeras anima a proseguir en las siguientes.
Si tiene dificultades no se desanime ante ellas. Pueden servirle para no bajar la guardia y para, con más ahinco, afrontar todas las situaciones difíciles que le produce su dependencia, ya que el abandono y el mantenimiento, en las primeras fases, es difícil. Conforme trancurra el tiempo, el control se incrementa y mejora la confianza en uno mismo. Por ello debe siempre pensar positivamente en cada nuevo paso que dé. Las dificultades, en esta fase, son el motivo para poner más empeño en superarlas.
Todo problema tiene solución |
El entrenamiento en solución de problemas consiste en un procedimiento por el que se entrena a las personas a reconocer sus problemas, buscar soluciones adecuadas a los mismos e implantar la mejor solución en la situación donde ocurre el problema. Este entrenamiento consta de cinco fases: orientación general hacia el problema; definición y formulación del problema; generación de soluciones alternativas; toma de decisiones; y, puesta en práctica y verificación de la solución.
Dado que en el entrenamiento en solución de problemas para pasar de un paso a otro se tiene que superar previamente el anterior. Cuando en un paso no hay suficiente información puede que se haya infravalorado o saltado una fase previa, se esté en una fase de entrenamiento, o la solución elegida no sea la adecuada. En este caso se recomienda volver a la fase o fases previas, para que una vez que haya sido realizada correctamente se pueda continuar con las siguientes.
Una vez que ha decidido la mejor solución para el problema tiene que pasar a poner en práctica la misma y verificar si en la vida real es efectivamente la más adecuada. Cuando la comparación entre el resultado esperado de la solución y el observado coinciden entonces se ha encontrado una solución satisfactoria al mismo. Pero en algunos casos esto no es así. Cuando existen discrepancias suele ser debido a dificultades en el proceso de solución de problemas o en la ejecución de la solución. Si ocurre esto hay que volver a las fases previas del entrenamiento en solución de problemas y comprobar si se ha definido claramente el problema, se han generado todas las alternativas posibles de solución, se ha elegido la solución adecuada de solución y se ha puesto en práctica la misma.
Busque apoyo a su alrededor |
En ocasiones los distintos conflictos interpersonales pueden constituir la base para la aparición de la adicción. En tales casos puede ser adecuado entrenar a la persona en asertividad o en la adquisición de habilidades sociales.
El apoyo social, especialmente de los miembros de la familia y amigos, constituye un factor importante para el cambio de hábitos. En el cuadro 5.3 se indican algunas estrategias que se podría seguir para que los demás nos presten su ayuda.
No dude, por ello, en explicar a la gente que le rodea su problema y en que le presten ayuda para superar su problema de adicción.
Puesto que las demás personas tienen una influencia considerable en una autoobservación eficaz, he aquí algunos consejos sobre cómo estimular a los amigos y conocidos a prestar el apoyo adecuado:
Los reforzadores pueden ser extrínsecos (premios, actividades, dinero, etc.) o intrínsecos o internos (sentimiento de orgullo, aprobación del propio comportamiento, etc.). Son múltiples los reforzadores que nos rodean y múltiples los que se pueden aplicar para incrementar la probabilidad de emisión de una conducta, en este caso mejorar de la dependencia haciendo conductas o actividades incompatibles. Hay tres tipos básicos de reforzadores: materiales, sociales y de actividad, los cuales deben utilizarse al principio. También, hay que utilizar reforzadores internos, ya que al final serán éstos los que van a mantener en grado muy importante la conducta, especialmente con el sentimiento de bienestar y de incremento del autocontrol y autoconfianza. En el cuadro 5.4 se exponen algunas instrucciones útiles para aplicar adecuadamente el reforzamiento positivo.
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